Bajo la luna argéntea se hallaba cantando
sonetos que nunca soñó recitar.
Su voz se alzaba contra el viento
y ningún aplauso podía esperar.
Mas entre las sombras una voz la sedujo
susurrando misterios sin resolver.
En un mundo de frio y hielo la introdujo
y se dejó llevar sin miedo a perecer.
Como Alafina fue presentado,
mil historias le contó.
Salió buscando el resultado,
y con una drow se encontró.
De un ataque ella había sido acusada,
mas su inocencia quería demostrar.
La realidad había sido tergiversada,
y su venganza se quería cobrar.
Manipuló a todos cuantos quiso,
con tal de su objetivo conseguir.
Pero el corazón hizo caso omiso,
y a participar no se pudo resistir.
La Gran Maestra Arcana había sido herida,
y le habían robado lo más preciado.
Entre sangre y muerte se la dio por perdida,
pues nadie conocía su paradero y estado.
El objeto en cuestión que fue sustraido,
era una llave unida a la Gran Maestra.
Que al usar para abrir el palacio del frío,
Auril se alzó en acitud violenta.
Fueron muchos los que a Lili Diams buscaron,
recorriendo de arriba a abajo las tierras.
Mas fue en una cueva donde la encontraron,
atada de pies y manos con cadenas.
Fue en ese viaje cuando escucharon,
de boca de siervos del frío,
cómo el palacio habían atacado,
y la llave de nuevo habían perdido.
De modo que nuestros valientes la llave tenian escondida,
y el cuerpo de la MAestra con su mente en algún lugar perdida.
Y se alzaron los clérigos de Auril en sigilo,
buscando la llave por doquier.
La encontraron en la Flecha del Destino,
y atacaron sin ánimo de perder.
Enviaron una tormenta para a su paso todo congelar,
se reunieron los voluntarios y un plan decidieron para atacar.
Una última aparición de la elfa oscura cerró el círculo de la situación,
les dijo dónde estaba la mente de Diams y quién de todos era su portador.
El clérigo que lideraba la comitiva,
encerrada en una gema la llevaba.
Acabar nuestros valientes con él debían,
y así la drow su venganza tambien saboreaba.
La batalla fue dura
bajo un frío abrasador.
En las mentes de muchos aún perdura
el último aliento de los cuerpos alrededor.
Y aunque no todo el mundo hizo lo acordado,
y aunque no todo el mundo quedó contento,
cierto es que el frío fue derrotado,
fracasando así en su malévolo intento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario